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perdone los errores
Doppio Misto
Parejas buenas para ganar un dobles mixto en un torneo ATP. A ver:
Tinì Cansino y Moana Pozzi (no creo que hagamos de escribir
algo), Gigi y Andrea y, finalmente, Gianni Ciardo para sellar todo.
El comienzo también es convincente. Pasados unos minutos se
puede ver una teta de Moana Pozzi a la que Tinì Cansino responde
en la ducha. Game en tres minutos. Tras este interesante inicio, la
película se congela de forma exagerada, llevando este pulicula a
una derrota impensable, dado el reparto, y exagerada.
En primer lugar, las dos bellas y curvilíneas actrices son un
simple atractivo comercial, muestran algo, especialmente Moana, pero
nada exagerado (no desnudos completos, lo siento) dándole al
espectador solo trajes sexys o vestidos escotados. Gigi y Andrea, en
cambio, en el punto más alto de su fama, juegan con su
dinámica en pareja, actuando también como
atracción. El siempre torpe Gianni Ciardo, casado con
“Cicci”, que es Tinì Cansino, es quien,
después de todo, sale mejor de este encuentro.
Sergio Martino, como director, comienza en 1985 (en el que trabaja con
Gigi y Andrea también en "Mezzo destro e mezzo sinitro"), una
fase menguante notable, que se destaca aquí con un producto
televisivo y, por tanto, probablemente endulzado de más caliente
escenas, en el que cheque muestra las manos de "ReteItalia", el actual
"Mediaset".
Con una música de ficción omnipresente y molesta de los
ochenta, compuesta por el buen Augusto Martelli, la película
cuenta la historia de dos matrimonios, Andrea / Moana y Ciardo /
Cansino, que pretenden traicionar a su pareja con la contraparte de la
otra pareja. Los cuatro se conocen desde la época escolar, con
Tinì Cansino conocido entonces, como “La planada del
Pirao” (sobrenombre gracioso) pero ahora radicalmente cambiado y
una Moana salvaje.
El lugar de sus traiciones es un alojamiento vacante que lo astuto
Gigi, un agente inmobiliaria, intenta colocar ayudando a su primo
Andrea a conocer a Tinì. El resultado es una serie de bromas, de
encuentros casuales e intentos que van miserablemente en vano. El
único que combina algo, con ambos las protagonistas, es Gigi.
Situaciones demasiado estrechas, largas, muy largas que no conducen a
nada. Las bromas de la pareja boloñesa tienen poco valor,
así como aquellos de Ciardo y las visiones sexis de las dos
actrices.
Una oportunidad desperdiciada.