Euro Sleaze en plena regla, con el buen Jesús Franco, que también escribe el guión colaborando con otras personas. La historia es bastante interesante: un ex sacerdote, ahora escritor, redime del pecado a algunas mujeres que considera pecadoras, torturándolas hasta la muerte.
Una idea interesante que, sin embargo, está muy mal implementada, aburriendo tambien en las escenas de BDSM que aparecen a veces y varios cuerpos desnudos de las actrices entre los que destaca el de una joven y muy hermosa, Lina Romay.
Alguien escribió que se necesitaría un director para rehacer todo, con los cambios necesarios. Y estoy totalmente de acuerdo. Además del aburrimiento, entonces, se agrega una realización pobre, con malos efectos especiales y una dirección poco inspirada. Pero aparte de eso, hay algo que salvar, y es propio Franco. El director español escaso detrás de la cámara, sin embargo, tiene una máscara perfecta para el el sacerdote psicópata, Mathis Vogel, el que mata a las pecadoras. Y si conoces la
apariencia de Franco a mediados de los setenta, solo puedes estar de acuerdo. Actúa con un ritmo muy lento, excelente para el papel y que con un buen comentario sonoro, presente en la versión que vi, el cuerpo de Lina Romay, y la atmósfera gris de París, cierra las cosas positivas.
“Exorcismo” comienza con Lina Romay desnuda y atada y sometida a un torturador muy malo. Es solo una representación teatral, que forma parte de un mundo desinhibido que enciende las atroces fantasías de Mathias Voegel que comienza a matar a las mujeres que espía mientras ellas mantiene relaciones sexuales. La policía investiga estos asesinatos de forma muy vaga, aunque siempre vagamente, las representaciones teatrales conducen a una orgía entre el público.
Hay muy poco que decir o guardar como se mencionó, y ciertamente la cantidad habitual de versiones, cortadas, enteras, hardcore, muchas de las cuales mal dobladas, ciertamente no ayuda a ver una película que ve a Franco no en su mejor momento, aunque estamos en la edad de oro. El elenco incluye otros rostros conocidos del cine de Franco, como Monica Swinn y Olivier Mathot.