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A un passo dall'aurora 

Pequeña pausa entre cuerpos que golpean por Mario Bianchi, antes de la obra maestra "Moana e Cicciolina Mondiali". Una pausa no trivial, al menos en la ispiration, porque el director romano se inspira a Arthur Schnitzler y su novela "Traumnovelle". Precisamente ese trabajo que en 1999 también inspiró a Kubrick para su "Eyes Wide Shut" y según Wikipedia, anteriormente también a Beppe Cino con “Il cavaliere, la morte e il diavolo" de 1983.

En cualquier caso, el hecho de que Mario Bianchi se anticipe a Kubrick es lo más importante de " A un passo dall’Aurora", también porque el resto, como podrás imaginar, deja algo que desear.

Olvidemos al querido Stanley, porque no hay comparación entre las dos obras, aunque hay que reconocer que Mario Bianchi intenta honestamente crear un ambiente veneciano triste y darnos una pareja de clase media en crisis.

Lo intenta pero no todo sale bien, porque los medios son los que están a la par con las habilidades artísticas. Empezando por el protagonista Gerardo Amato (es decir, el hermano de Michele Placido), que interpreta a Riccardo, un conocido cardiólogo, en busca de nuevas emociones. Y está bien que estés aburrido y está bien que vivas en una Venecia oscura, pero el actor es tremendamente pasivo y no muy incisivo. Tinì Cansino, que interpreta, mal, a Lù, una prostituta que enseña un poco (ni mucho) de tetas, piensa en ponerle algo de picante. El elenco lo completan Adriana Russo, Pier Maria Cecchini y Franco Caracciolo que interpreta a una trans.

La historia cuenta de Riccardo quien un día (además de la prostituta antes mencionada) se encuentra con un viejo amigo que lo invita a una fiesta de disfraces exclusiva en la que para ingresar se necesita una contraseña que es el título de la película. Si esperas un ardiente erotismo en este evento, te decepcionará, pero el protagonista, reconocido como un conocido cardiólogo, termina en un intrincado juego de chantajes y amenazas, de sectas masónicas, que desembocan en un dramático final.

Una historia que tiene, como todos sabemos, un potencial erótico / psicológico considerable, pero como se menciona aquí todo es tan aproximado y mal hecho, desde la actuación hasta la fotografía. Freud, que apreciò la obra original, no entendería mucho sobre ella.