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Alice in Borderland
Esas extrañas ideas japonesas, entre distopía, misterio, sangre y acción, que tanto nos gustan y que Netflix, afortunadamente, no se perdió. "Alice in Borderland" es una serie de televisión basada en el manga del mismo nombre (título japonés Imawa no Kuni no Alice) de Haro Aso publicado de 2011 a 2016, al que siguieron dos spin-offs y tres videos de anime originales. No te lo tomes a mal, pero no he leído el manga, sin embargo, por lo que he aprendido, la serie de televisión sigue la historia con bastante fidelidad, tanto desde el punto de vista narrativo como de los personajes.

Personajes que son el punto débil de esta obra, porque representan los clichés del género: el protagonista nerd, la heroína muy inteligente, los villanos al margen de la sociedad y una serie de personajes secundarios misteriosos y ambiguos. Nada nuevo y su desarrollo no satisface plenamente. Se puede decir que este es el único defecto de "Alice in Borderland", que para el resto comienza con un primer episodio simplemente perfecto que intriga mucho al espectador. Lo que sigue no es una excepción, entre giros inesperados y un cambio de rumbo igualmente sorprendente y arriesgado en la segunda parte de la serie, en la que el foco pasa de la acción a lo humano.

La fuerza de "Alice in Borderland" es sin duda la realización, con una dirección inspirada y convincente de Shinsuke Sato capaz de subrayar bien la acción, la sangre y el misterio, también ayudado por un uso perfecto de CGI (solo los animales revelan su ficción ). Los actores, aparte de lo que ya se ha dicho con los personajes, se desempeñan bien y nos adentra en este mundo distópico, muy, muy japonés.

Arisu (interpretado por Kento Yamazaki) Chōta y Karube, son tres amigos cuyas vidas no están a la altura de los estándares de la sociedad. Perseguidos por la policía, se esconden en el baño de una estación de metro, pero cuando se van, descubren que se quedan solos en Tokio. Y no solo eso, también descubren que para seguir viviendo deben participar en juegos mortales clasificados con las semillas de los naipes y cuyo nivel de dificultad viene indicado por el número de carta. Durante estos desafíos también descubren que no son los únicos que quedan y que alguien o algo ha decidido jugar con la vida de numerosas personas.

Una serie muy interesante que termina con un suspenso quizás demasiado largo, pero que abre a una segunda temporada ya muy confirmada.