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perdone los errores
Sky Rojo
La Armada Invencible de la serie de
televisión española sigue sin parar. El rey Alex Pina es
imparable y esperando el último capítulo de "La casa de
papel" y después de "White Lines", nos ofrece el esperado "Sky
Rojo" en liga con Netflix.
Solo ocho episodios (ya se ha anunciado la segunda temporada), de
aproximadamente media hora en los que se puede ver el estilo
clásico de la serie española: kitsch. Quin sabe por
qué, todas o casi todas las series ibéricas tienen que
sufrir esto.
"Sky Rojo" apunta con honor a la explotación femenina, hablando
de sexo y poniendo tetas fugaces, mezcladas con sangre y acción.
Una referencia muy evidente a la violencia femenina a Russ Meyer, a
Tarantino pero también a una cierta forma de contar a Alex De La
Iglesia, sin olvidar “Thelma & Louise”. Cosas que hacen
babear a cualquier amante del género o del cine independiente,
pero después de haber visto “Sky Rojo”, queda
bastante desilusionado.
Pina, de hecho, nos regala un producto que, más allá de
las aparentes buenas intenciones al principio, parece una telenovela
con armas y sangre. Y tetas.
El poder femenino de la premisa amortigua casi de inmediato su poder y,
en cierto punto, incluso los protagonistas y villanos se encuentran
casi en equilibrio. Ballets sexys y palabras contundentes para subir el
nivel de lo permitido, son chulas, pero al final parecen más una
parodia del mismo género que la narración de la historia.
“Sky Rojo” nos había engañado, o al menos
había engañado a los amantes de cierto cine. Porque es
normal que Pina apunté nada más que a un producto de
plataforma, apto para el público en general, al que le
añadió un poco de chile y mucha acción. Y hay que
reconocer que llega a la meta con una historia chispeante, fácil
de seguir y con una producción cuidada, con excelente
fotografía en colores saturados. Pero sigue siendo un producto
extremadamente banal.
"Sky Rojo" cuenta la historia de tres strippers/prostitutas
interpretadas por Verónica Sánchez (Coral), Yany Prado
(Gina) y Lali Espósito (Wendy), que trabajan en un club en medio
del desierto (sí, como el de “Abierto hasta el
amanecer”), quienes un día en busca de una nueva vida se
escapan del club, dejando algo de sangre. No hace falta decir que quien
dirige el club es un gánster despiadado que envía a sus
secuaces (idiotas) a recuperar a las chicas. Entre persecuciones,
muertes y tiroteos, se profundizan las dramáticas historias de
vida y desesperación de estas tres mujeres, víctimas como
siempre de los hechos y que terminaron en la clásica malas
compañías