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perdone los errores

 


Blood Red Sky
Vampiros-zombis en un avión con terroristas. Algo que hubiera hecho llorar de alegría a cualquier director de cine b. Solo por esta idea básica hay que ver"Blood Red Sky". Una idea original, loca y bastante estúpida (en el buen sentido de la palabra). Pero la belleza de esta idea es también el único motivo para ver esta película de Peter Thorwharth, porque el resto, tras un inicio muy rapido, se pierde en una serie de situaciones que además de ser un clásico del género no son muy convincentes y no aportan nada al desarrollo de la historia. Thorwharth se esfuerza por darnos escenas de lucha, sangre y situaciones sentimental, pero al final la impresión es que se aferra a estas cosas para intentar mantener una película que se pierde en el tiempo.
La historia cuenta de Nadja (Peri Baumeister) que sufre una enfermedad sanguínea no especificada que trata con transfusiones realizadas por un médico que vive lejos, tanto que tiene que tomar el avión para llegar hasta él. Y es durante uno de estos vuelos que ella y su hijo Elias (Carl Anton Koch), el verdadero héroe de la película, se encuentran con un grupo de terroristas islámicos. Terroristas, hay que decirlo, extremadamente sedientos de sangre, dispuestos a matar en el acto. Y matan a Nadja. La mujer, sin embargo, resucita como vampiro y comienza a luchar contra los malos, convirtiéndolos en vampiros. Elías preocupado por el destino de su madre, aquí el aspecto romantico que mencioné al principio, está en el centro de la historia mostrando cierta frialdad.
Un poco de islamofobia brotando aquí y allá, para una película que no cumple las interesantes promesas de sus inicios. Y sobre todo del título.