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perdone los errores
Cobra Kai 4
No sé os la recordáis, pero una de las primeras, sino la
primera, shitstorm que tocó una serie TV fue la de "Dexter".
Montones de mensajes más que cabreados por un final que no hizo
honor a una serie que elevó el nivel del producto, tanto desde
el punto de vista de la historia como desde el técnico. Dexter
funcionó bien durante unas cuatro temporadas, luego pasó
por las otras cuatro hasta el clímax de un final
patético, por decir lo menos.
También me parece recordar que la producción negó
rotundamente un posible regreso, mientras que Michael C. Hall
trabajó en otros frentes y fue el protagonista del musical
"Lazarus".
Ahora no te lo tomes a mal, pero tengo que estropearlo. Así que
puedes parar aquí. De vuelta en los viejos tiempos.
Tras este resumen, nos encontramos, a pesar de todo, con nuestro Dexter
en “Dexter: New blood” ambientada unos diez años
después. Se podría decir que ha vuelto a cerrar las
cuentas con el pasado, es decir, con el horror del final. Lo cual es
cierto, pero también ha vuelto a abrirse a la "sangre nueva".
Pocos protagonistas del pasado, tan solo la amada hermana y el
detective Bautista en un cameo y muchas caras nuevas acompañan
al habitualmente muy bueno Michael C. Hall en una historia que en los
primeros episodios transmite al espectador esa felicidad de haber
encontrado a un viejo amigo y de conocer nuevas dinámicas de su
vida. Ahora vive en Iron Lake, un pequeño pueblo, y trabaja como
empleado en la tienda de armas. Tiene una aventura con Angela, el
alguacil local, y todos lo quieren. Ah… ya no mata. Sin embargo,
su paz se ve trastornada por la llegada de Harrison, su hijo, a quien
deja al cuidado de Hannah en Argentina.
Entonces, no es que esperara algo diferente, porque eso es Dexter, pero
todos los episodios centrales retoman la misma dinámica, con el
agregado de la complicada relación padre e hijo (y el
descubrimiento de que Harrison también tiene las mismas ganas
que su padre). Y aquí está el viejo Dexter que vuelve a
matar empezando por el vástago de una familia que mata a un
ciervo blanco y que en el pasado provocó un grave accidente. Y
aquí está el viejo asesino en serie, a la caza de un
supervillano de mediana edad (el padre del chaval antes mencionado) que
mata a niñas y las embalsama para su colección. Con un
hermoso efecto de terror, hay que decirlo. La policía investiga,
Dexter comete algunos errores y alguien duda. Y así nos
encontramos al final del penúltimo episodio, esperando el
epílogo que sin duda verá a Dexter ocupado arreglando
cosas.
En cambio, "Dexter: New Blood" en el décimo episodio asombra al
espectador. Salvo situaciones un tanto precipitadas y poco
creíbles, como la del protagonista que pierde su proverbial
lucidez, finalmente nos reconciliamos con el pasado y sobre todo con
toda la serie. El círculo cierra, descubrimos quién es el
verdadero serial “Bay Harbor Butcher” y el propio Harrison,
a petición de su padre, pone fin a todo.
Una grata sorpresa, que desde luego evita los insultos del pasado a la
producción y que ha abierto el debate sobre un posible spin-off.
Lo cual también podría estar ahí, incluso si
Harrison es un personaje un poco flojo y demasiado parecido a su padre,
además de ser interpretado por un actor, Jack Alcott, que es
bastante mono expresivo.
En resumen: esta nueva serie tenía la ventaja de cerrarse con el
pasado y abrirse a un futuro posible. La narrativa sigue siendo el
punto fuerte de Dexter con una ligera ironía y la habilidad del
ya mencionado Michael C. Hall.