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perdone los errores
Linda
Según esta película, Linda aterrizó en el
aeropuerto de Funchal, uno de los más peligrosos del mundo,
antes de que se convirtiera en el Aeropuerto Cristiano Ronaldo. Si te
preguntas quién es Linda y por qué su nombre da
título a esta obra de Jess Franco de 1981, debes saber que
nosotros también nos lo preguntamos. Pero avanzamos con calma.
Franco nos transporta una vez más al mundo de los clubes de
striptease, abriendo la película con un show erótico en
el “Rio Bravo” que termina con azotes y sexo con el
público mirando, pidiendo y bebiendo tragos. Se puede decir un
buen comienzo. Por el género me refiero. “Linda”
continúa con una historia puramente sexploitation, chantaje y
por supuesto sexo. Efectivamente, sexo, maldades y chantaje.
La protagonista es una tal Betsy, interpretada por Ursula Buchfellner,
la primera playmate alemana de la historia, a quien encontramos
comprometida en la cama, por supuesto, con Ron, el siempre querido
Antonio Mayans. Esto enfada mucho a Sheila (Raquel Evans) e incrimina a
Betsy, que trabaja en un hotel, acusándola de robarle 2.000
dólares a un cliente. Así, la rubia Betsy termina
encarcelada y obligada a actuar en el "Río Bravo".
¿Y linda? La conocemos en un flashback en un convento teniendo
sexo (¿qué esperabais?) con su compañera. Entonces
ella, interpretada por Katja Bienert, llega a la isla y si estás
pensando que salvará a Betsy, que es su hermana, estás
equivocado. Ella da un paseo por la isla, encuentra a Juan, obviamente
tiene sexo con él, mientras que Ron salva a Betsy.
Todo sucede y se desarrolla en torno a una masa de escenas de desnudos
completos y no integrales, que, de hecho, enmarañan una historia
que ya no brilla por sí sola. Franco, ni que decir tiene,
está en ese periodo en el que mejor utiliza el zoom para
resaltar los cuerpos de los siempre excelentes protagonistas que
regalarnos las visiones de su mejor cine. Queda entender por qué
esta película se intitula Linda. Hall.