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Yellowjackets
Nunca he estrellado un avión. Afortunadamente para mí. Pero si eso sucediera, si sobreviviera y terminara en un denso bosque, lo primero que haría sería enviar un explorador para encontrar la civilización. Más aún cuando resulta que cerca del lugar del impacto hay una cabaña, por lo que alguien ha llegado hasta allí. Y también hay un río que desemboca en alguna parte.
Los autores de Yellowjackets piensan muy diferente y tienen razón, a pesar de todo, porque si hubieran hecho lo que escribí, no hubiéramos tenido el placer de lanzarnos a la nostalgia de los noventa. Y para los que en esos años estaban en la mejor época de su vida (de los 14 a los 24 en definitiva) este chapuzón en el pasado es especialmente sabroso.
Ashley Lyle y Bart Nickerson, los dos creadores, hacen las cosas bien. Efectivamente perfectamente. Porque involucran a Juliette Lewis y Christina Ricci que en esos años despoblaron gracias a papeles icónicos. Solo extrañaba a Wynona Rider, pero sabemos que eligió el lado oscuro: esos jodidos años ochenta.
Yellowjackets, por tanto, nos transporta al pasado, con comillas continuas y una banda sonora que al escucharla te encuentras con la camiseta de cuadros, la sudadera e incluso las Nike Air en los pies. Sin embargo, no solamente objetos y música, porque la serie de alguna manera logra revivir la mentalidad de la época y siempre de alguna manera transmitir mensajes a las nuevas generaciones (femeninas en este caso), sin ambiciones académicas particulares. Para los mayores, también está el aspecto de todas esas expectativas, a menudo tristemente desdibujadas, que la versión adulta de los personajes de la serie nos muestra con descarado realismo. ¿Será que no nos convertimos en lo que queríamos? ¡Sí, joder, sí!
Bueno… Yellowjackets no es solo una operación nostálgica, al contrario, también tiene una historia que mezcla thriller, drama adolescente, humor negro y terror, con, “Alive”, “El señor de las moscas” y en parte “Lost”,  como fuentes de inspiración muy evidentes.
Una narración que se desarrolla en continuos y muy tensos saltos temporales entre 1996 y la actualidad, de una manera tan convincente que esperaba con ansias los primeros episodios. Luego, lamentablemente, para la columna de defectos, debo decir que la serie se ralentiza en exceso, desvelando cosas con el cuentagotas y recuperándose dignamente en los dos últimos episodios.
Quizá así funcione, porque Yellowjacket ya lleva diseñado, al menos, dos temporadas.

La historia cuenta de un equipo de fútbol femenino, Yellowjackets, que se estrella en un avión durante el viaje para llegar a la final del campeonato. Las chicas que sobrevivieron al impacto quedaron dispersas en un espeso matorral, en compañía del entrenador y dos hermanos, uno de ellos de la misma edad y bastante apreciado (aquí, esto que le pasa es un gran golpe de suerte, ya que al entrenador no le interesan las chicas), deben tratar de sobrevivir. Los desafíos no son solo contra natura, quizás difíciles y sobrenaturales, sino también dentro de un grupo con sus secretos y odio a las entrañas.
Al mismo tiempo, como se mencionó, vemos la vida actual de tres Yellowjackets sobrevivientes, quienes un día se encuentran en medio de extraños eventos que reabren las heridas de hace veinticinco años.
Además de las mencionadas superestrellas Lewis y Ricci (la segunda de excepcional belleza) encontramos a Jasmin Savoy Brown de The Leftovers, la neozelandesa Melanie Lynskey premiada en Sundance por Intervention, Tawny Cypress (The blacklist) y una sorprendente Sophie Thatcher que interpreta a la personaje de Juliette Lewis de joven, recordando a la compleja y rebelde Mallory.