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El amante bajo la cama
C’è modo è modo (hay una manera y una
manera), canta Lino Banfi en la canción de los créditos
iniciales. Y, de hecho, hay una manera y una manera de lograr una
comedia italiana sexy cuando el género está en su ocaso.
“El amante bajo la cama” de 1981 no hace más que
utilizar viejos guiones e ideas ya vistas, mezclándolos y
masticándolos sin vergüenza. Y eso no es todo porque
menciona (por no decir una copia) la memorable escena del tren de
“Totò en Parígi”, esta vez con Banfi y Reder
como protagonistas. La película de Mariano Laurenti no es
más que esto: amantes, desencuentros, habitaciones de hotel,
encuentros perdidos y nuevos y el cuerpo de las dos protagonistas
femeninas: Janet Agren y Lory Del Santo, que se llevan la inevitable
cuota de tetas y culos, para el placer de los fanáticos del
género.
Hay que decir, sin embargo, que aunque ya todo está visto y todo
es predecible, esta película se deja ver, sin gritar milagro
(ojo) pero tampoco sin aburrir al espectador.
Sin duda gracias a ese viejo zorro de Laurenti, que a partir de un
guion del infaltable Francesco Milizia (con Luciano Martino y Alberto
Silvestri), tiene la suerte de tener entre sus manos un aguerrido
elenco de actores que interpretan su papel.
Janet Agren, a quien vemos en la superclásica escena de la
ducha, es la pretenciosa amante de turno, que juega a lo grande con la
seductora e ingenua camarera, Lory Del Santo, siempre disponible
(pensar mal).
Lino Banfi, en cambio, tiene luz verde para dar rienda suelta a todo su
repertorio clásico, además de ser el diputado, que
presume de poder junto a su amante y está casado con el feo y
viejo cojo de siempre, interpretado por la talentosa Marisa Merlini,
que, como siempre, hace su trabajo a las mil maravillas. También
hay el brazo derecho del diputado "falso maricon", un Álvaro
Vitali, que como Banfi, nos muestra su "mejor de" y Leo Gullotta en el
papel de la secretaria fea, que intenta con su jefe, además de
interpretar el 'Mr. Sgarbozzi. Y como si no fuera suficiente una
petulante Gigi Reder, el guapo Teo Teocoli y para sellar todo Jimmy el
Fenómeno en el papel de monja (!).
Estos actores son suficientes para no desbaratar una historia que, como
ya he dicho, realmente no tiene nada nuevo que decir, empezando por la
chispa que hace estallar los acontecimientos.
Anna Vinci, obviamente Janet Agren es una profesora de ciencias
naturales que insulta a los hijos del alcalde mientras da una
lección sobre órganos reproductivos y es despedida.
Se va a Roma donde su novio, el diputado Battistoni, podría
encontrarle otro arreglo laboral. Salvo que el diputado está
casado con la señora Virginia quien a su vez tiene un amante, el
diputado Sgarbozzi.
Para escapar y sobre todo escapar de su mujer y de esta
situación, Battistoni se cita con Anna en Predazzo, en Val Di
Fiemme, lugar al que también llega su mujer Virginia con su
amante. Lo que pase lo dejo a tu imaginación. Es fácil,
pero en general, no es molesto.