hecho con
google translate
perdone los errores
Entre las
curiosidades, Wikipedia señala que "en esta película Femi
Benussi nunca se quita la ropa". No es una buena noticia, pero si ese
fuera el problema aquí, estaríamos bien. Pero no, ese es
el menor de los problemas.
Mario Landi, cuya carrera cinematográfica va en dirección
contraria a una apreciable carrera como director de televisión,
trabaja sobre un guión realmente inquietante y muy pobre que
simplemente no funciona.
Por un lado, no está claro si "Le impiegate stradali",
subtitulada "Batton Story", pretende ser una comedia sobre la
prostitución o una película que, de forma desenfadada,
quiere hablar de las condiciones de las prostitutas y de la
corrupción del Estado.
Yo me inclinaría más por una comedia, porque encontrar
ambiciones de crítica social en esta película es
realmente difícil. En cualquier caso, nunca hay risas, sino que
nos enfrentamos a una larga serie de escenas aburridas y a menudo
arrastradas por el pelo dentro de la historia, que alcanzan su
clímax en un final ridículo.
Landi tiene en sus manos excelentes actores de carácter, que
desaprovecha de forma aterradora. Desde Marisa Merlini, que interpreta
a una prostituta agée (piénsalo), hasta Gianni Dei como
el novio de la protagonista, para cerrar con Toni Ucci como chulo (por
supuesto) y Gianni Cajafa con sus expresiones. No hay que olvidar a
Femi Benussi, el protagonista. Que nunca se quita la ropa.
Y es precisamente la bella Femi la chispa que pone en marcha los
acontecimientos. Ella, una profesora de instituto, es confundida con
una prostituta mientras espera a su madre en una zona... de
prostitutas.
Detiene y luego libera a la chica, se hace amiga de dos "trabajadores
de la calle" interpretados por Marisa Merlini y Daniela Giordano.
Intenta dar dignidad a las prostitutas creando un sindicato. En cambio,
los proxenetas intentan hacer lo mismo. Y en medio está el
Estado, un político importante (Cajafa) e incluso un emir
árabe.