Más que 'Un grande amore', un gran lío. En varios
sentidos. En teoría, el gran lío, según el
guión escrito por el director/guionista/productor Ninì
Grassia, nuestro querido Ninì Grassia, es el de un conserje de
Gran Hotel que desordena las habitaciones de sus huéspedes. Pero
ése, créanme, es el lío menos importante. En
segundo lugar, estaría aquel, en el sentido vulgar de la
palabra, en el que todos se follan a todos en una inmensa orgía
que dura diecinueve minutos más o menos.
Pero a lo que me refiero es a la chapuza de película que ya
tiene un título que no tiene nada que ver con la historia y que,
sobre todo, tiene una vergonzosa pobreza de medios y de ideas.
Grassia debería haberla convertido en una película porno
para justificar todo el asunto, en lugar de eso por alguna razón
que desconozco intenta lanzarse a la vena de la comedia erótica
pasada de moda (estamos en 1995 por cierto) completa con el gag del
número '6' en la puerta de la habitación que gira para
crear el '9' y sobre todo malentendidos 'hilarantes'.
Malù (que protagonizó otras dos películas con
Grassia), Antonio Zequila, Alex Damiani y Cristina Barsacchi, sus
fieles seguidores, son los protagonistas de una historia que desde el
principio demuestra que no tiene pasta y se encierra en habitaciones de
hotel para ahorrar lo que puede. Salvo para el traslado al aeropuerto
de los huéspedes del hotel y un paseo por las calles del pueblo
o ciudad donde realmente se rodó.
Según los créditos, se supone que estamos en
Rímini o Riccione, aunque se supone que es un balneario de
renombre cuyas aguas tienen grandes poderes curativos. También
para follar mejor.
Al citado hotel de locos llegan tres parejas, dos de las cuales, debido
a una confusión, tienen que compartir cuarto de baño. La
tercera pareja es la ganadora de un concurso, marido y mujer, que de
nuevo por diversas confusiones tienen que dormir en habitaciones
separadas y ella tiene que compartir con una pareja sueca muy abierta.
Por supuesto, las tres parejas tienen "rarezas" sexuales. En la primera
ella es ninfómana y aprieta a su marido, en la segunda él
bebe agua con poderes mágicos pero se desinteresa o más
bien sólo le interesa el porno. Y la tercera pareja la ve a ella
muy temerosa y a él muy deseoso, aunque al final es la esposa la
que es una máquina sexual.
Sin embargo la situación estalla y al final todos acaban en la
cama de todos. Con gran alegría y guiados por las
enseñanzas del turista sueco.