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perdone los errores
La desnuda chica del Relax
Drogas,
prostitución y violencia. Y venganza. Hay un poco de todo en
esta película tóxica de Ignacio Iquino, un director
que a partir de los años 70 inició una lenta y
larguísima etapa de altibajos (muy altibajos) y que aquí,
1981, se encuentra casi al final de una carrera que ilustraré
más adelante.
Nos encontramos, si no del todo, muy cerca del cine quinqui, ese
género español que explotó a finales de los 70,
que cuenta historias de delincuencia juvenil, de marginación. a
menudo contadas e interpretadas por los propios delincuentes y
ambientadas en los suburbios de las grandes ciudades españolas.
Iquino nos cuenta la historia de Isidoro, Tomás y Carlos, tres
atracadores,
asesinos y drogadictos de Barcelona. Una vida dentro y fuera de la
cárcel y siempre entre la vida y la muerte. Tras uno de los
muchos episodios de violencia, Carlos se enamora de una de las
víctimas. Una mujer a la que violaron. Decide cambiar de vida,
pero sus compinches no están de acuerdo.
Sexo y carne. Y, efectivamente, aquí hay de todo y en abundancia, pero mal hecho, sucio y a veces (parece) improvisado.
Y pensar que el director es Ignacio Iquino, un cineasta catalán
que comenzó una larga y prolífica carrera en los
años 40, recorriendo un sinfín de géneros,
marcando el cine español, hablando de la sociedad y criticando
en parte el franquismo. Entre altos y bajos, en las postrimerías
de su carrera, dirigió en 1981 La caliente niña Julietta,
considerada una perla del género del destape y protagonizada por
Andrea Albani, uno de los intérpretes del género que
murió muy joven, con sólo 33 años. Y quizá
sea mejor buscar sus antiguas obras que perder el tiempo viendo esta
película.