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Zombeavers


Al final, son siempre los residuos tóxicos los que crean monstruos. Aparte de la mención del héroe de Tromaville, aquí estamos en el campo de los animales cabreados. Una película fea donde lo feo es intencionado y se intenta hacer todo mal. Pero bueno.

De memoria, por cierto, no recuerdo ni en el apogeo de la fauna atómica o mutada experimentalmente que nadie utilizara a los queridos, simpáticos y pacíficos castores. Y nadie me quita de la cabeza, ni siquiera una entrevista con el director, que la elección del animal se debió no sólo a la originalidad del tema, sino también al uso de la palabra "castor" en el argot.
En cualquier caso, Zombeavers película de 2014 dirigida por Jordan Rubin es una agradable comedia de terror que no nos niega grandes derramamientos de sangre, escenas splatter y mutaciones terroríficas. Todo es muy directo y juega con frecuencia con los clichés del género. Y lo hace bien, al menos por buena parte de la película, empezando por el uso de las simpáticas bestias que, además de convertirse en zombis, realizan las clásicas acciones que harían todos los asesinos en serie.
Los personajes humanos, por su parte, están más estereotipados que nunca, deliberadamente forzados empezando por los protagonistas, es decir, seis blanquísimos chicos colegio rodeados de los habituales campesinos que pueblan la zona.
Como ya he dicho, todo funciona por la mayoría del tiempo. Pero en la última parte, cuando la acción estalla o debería hacerlo, Zombeavers parece volverse complaciente y no ofrece más grandes momentos divertidos.
No obstante, la operación castor zombi consigue su objetivo y es una pena que no hayan explotado  el cliffhanger que cierra la película.

Dirección rápida y precisa y algunos efectos especiales no malos para una historia sobre Mary (Rachel Melvin, vista en Dumb and Dumber To y en la serie Sleepy Hollow) que con sus amigas Zoe (Cortney Palm) y Jenn (Lexi Atkins), pasa un fin de semana en una bonita casita cerca de un pequeño lago en la campiña estadounidense. Durante la noche se les unen sus respectivos novios y, lo que es más importante, empiezan a notar cosas extrañas. Un castor agresivo, por ejemplo, que parece estar enfermo de rabia. Pero al día siguiente descubren que en lugar de los castores modificados quieren matar a todo el mundo. Y a partir de ahí estalla la acción, con nuestra gente que intenta salvarse. Las bestias, sin embargo, son un enemigo al que no hay que subestimar.