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perdone los errores
Hollywood Boulevard
Sucesos
extraños en Hollywood. Joe Dante dirige en su debut, junto a
Allan Arkush, una película producida por New World Pictures, es
decir, por Roger Corman, quien junto a Jon Davison se propuso hacer la
película menos cara de todos los tiempos. Sesenta mil
dólares de presupuesto.
Saquean sin piedad fragmentos de las películas de Corman, las
desmontan, las vuelven a montar y no contentos con eso, también
cogen un montón de citas y chistes. Para no aburrirles con una
larga lista de la compra, dejaré aquí las referencias.
Debo añadir, sin embargo, que cierran la historia (no es un
spoiler) con Robby el Robot audicionando para un, eventual, remake de
Gone with the wind.
Hollywood Boulevard es simplemente una película que ironiza
sobre las películas de serie b, curiosamente producida por el
Rey del género, que además de ironía añade
un misterioso asesino y las inevitables tetas que no pueden faltar en
obras como esta.
Es todo un lío, por no decir otra cosa, y es más, los
primeros minutos hacen pensar en la clásica historia de la chica
guapa de provincias que se va a Hollywood intentando triunfar pero
acaba mal. Pero éste no es el caso.
Ella es Candy Hope, interpretada por Candice Rialson, una bella y
talentosa actriz de películas de serie b que no alcanzó
el éxito que hubiera merecido en su carrera, pero que, en
palabras de Quentin Tarantino, inspiró al personaje de Bridget
Fonda en Jackie Brown. Nuestra aspirante a actriz, que es rebautizada
como Candy Wednesday por su astuto representante interpretado por el
bueno de Dick Miller que utiliza el nombre de Walter Paisley como en
Bucket of Blood, tras unos cuantos intentos acaba trabajando en una
película b de guerra, titulada Machete Maidens y rodada en
Filipinas. El equipo es un batiburrillo de gente sin arte ni parte,
desde el director hasta la estrella Mary McQueen interpretada por Mary
Woronov, otro nombre vinculado a Corman pero también a Andy
Warhol. Y, sobre todo, alguien muere en "misteriosos" accidentes.
La película es horrenda (las escenas en las que lo vemos en un
autocine son preciosas) pero nuestra Candy no se rinde y la encontramos
con la misma producción en un western de ciencia ficción,
en el que de nuevo, alguien muere en extrañas circunstancias. Se
trata de un misterioso asesino al que vemos enmascarado como todos los
asesinos. Pero esto juega a favor de nuestra Candy.
Una película que es una película de serie b, que se
ríe de las películas de serie b y de Hollywood. Un
desenlace divertido, absurdo y sin el menor control. Un ejercicio de
autoburla, deliberadamente exagerado, bien investigado y bien realizado
y con ese toque slasher que lo enmarca todo.
Al fin y al cabo, Roger Corman está detrás de todo. ¿Y qué más se puede pedir?