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Sesso e volentieri


Cuarenta años de pausa en el cine. Así se despide Gloria Guida, dejando la gran pantalla pero continuando su carrera con algunas apariciones en teatro y dramas televisivos.
Nuestra (ex) compañera favorita hace tiempo que se graduó y así, con gran inteligencia, se despide y lo hace con una película dirigida por Dino Risi. No un director cualquiera.
A su lado su marido Johnny Dorelli, Laura Antonelli y toda una serie de actores secundarios y de carácter muy buenos: Giuliana Calandra, Pippo Santonastaso, Margaret Lee, Yorgo Voyagis y Venantino Venantini.
Una buena película. Sobre el papel. Porque al ver Sesso e Volentieri se recuerda inmediatamente que los tiempos dorados han pasado un poco para todos.
Dino Risi, por ejemplo, intenta reintroducir el probado y exitoso esquema de la comedia episódica, con mucha nostalgia y admiración por sus Vedo Nudo y Sesso Matto y, por tanto, con esa pizca de pimienta y guindilla que el título ya nos deja imaginar.
Aquí, sin embargo, el guión escrito por el propio Risi con Vanzina y Zapponi se desvía peligrosamente hacia el chiste o, al menos, hacia situaciones ligeras y algo tontas (véase el segmento de Lady Jane con Margaret Lee). Estaría bien poder decir que Risi se da cuenta de ello e intenta salvarse apoyándose en la comedia de Dorelli y en su cortesía. No es seguro que sea así, lo que sí es cierto es que el showman milanés es la estrella de toda la película, el protagonista de los diez episodios, y que sí, nunca se equivoca. Ni siquiera en los peores momentos. Gloria Guida, presente en cinco segmentos, le sigue de cerca y resulta interesante en el que es el mejor momento de toda la película, es decir, cuando interpreta a una operadora de radiotaxi que continúa con su voz robótica y repetitiva incluso cuando regresa a casa, donde encuentra a su marido suicidándose.
Por lo demás, sin embargo, hay poco que salvar. Laura Antonelli resulta poco convincente y a menudo la vemos envuelta en situaciones picantes, que ya hemos visto en otras ocasiones. Y el resto pasa desapercibido.
Curiosamente, el segmento que abre la película, Domenica In, en el que el mago Giucas Casella realiza el conocido experimento de las manos encadenadas, dejando atrapados a Dorelli y Guida, en este caso, tuvo lugar en realidad años después, en 1988, en perjuicio de Dino, un niño liberado más tarde por el propio Casella. Pero ésta es una de las pocas razones para ver una película más apta para completistas de Risi y, sobre todo, de Gloria Guida.