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Day of the Warrior


Hay una tía pechugona y con escote que parece ser una secretaria, o debería serlo, que se dirige a su jefe, que está en una reunión sobre el presupuesto que sigue llevando un escueto disfraz de tigre mientras está en la máquina de remo.
Son los empleados de L.E.T.H.A.L. (que por primera vez sabemos lo que significa, es decir, Legión para Asegurar la Armonía Total y la Ley) una poderosísima agencia de seguridad americana que haría dormir a los americanos a pierna suelta, entre dos almohadas. Supongo que han entendido mi brillante doble sentido.

En cualquier caso, Andy Sidaris, huérfano de sus fieles Dona Speir (suspiro), Bruce Penhall y Roberta Velasquez, se despacha a gusto en éste, su enésimo producto basura. El penúltimo de su triple B.
Nos adentra en una historia que viaja a lo largo y ancho de Estados Unidos, ampliando el abanico y sobre todo la cantidad de silicona en las tetas de las actrices. Que, por cierto, también son un poco amenazadoras. Las tetas quiero decir.
Pero como siempre detrás de las rotundidades expuestas sin motivo de las protagonistas, hay una vaga historia de acción. Esta vez unos hackers irrumpen en los ordenadores (ni siquiera Windows 3.1, sino DOS) de L.E.T.H.A.L, poniendo en grave peligro a los distintos agentes encubiertos. Doc Austin, pasando el rato en Luisiana, Cobra siendo stripper (uy... bailarina exótica) y Tiburón y Escorpión follando en un aparcamiento mientras investigan el mundo del porno. Para que luego digan que uno hace el trabajo superficialmente. Detrás de este sabotaje está un tal Guerrero, ex agente de la CIA, antiguo luchador profesional de ascendencia nativa americana, convertido a las fuerzas del mal, que se pasea maquillado de luchador mientras dirige a secuaces inverosímiles. Su objetivo, por supuesto, es matar a los agentes que ha descubierto.
Por alguna extraña razón les toca a la reconstruida secretaria (interpretada por Shae Marks), o lo que sea, y a la gerente interpretada por Julie Strain intentar salvar a todos los agentes. Por supuesto, se desnudan de vez en cuando. Así que al azar. Y tienen sexo, siempre al azar. Y Julie Strain en un momento dado se pone un disfraz de bandera americana y luego lucha con Warriors. ¡Ah! No te olvides de un agente que hace una imitación muy pobre de Elvis.
'Day of the Warrior' es básicamente el producto Sidaris de siempre. La basura de siempre. Nada más y nada menos. Y eso es todo lo que necesitamos. Aquí, sin embargo, puede que el abanico sea mayor, pero parece haber aún más movimiento y, sobre todo, aún más ironía deslenguada de lo habitual. Para el género, no está mal, teniendo en cuenta además, como se ha dicho, que la serie casi ha llegado a su fin.