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Les amazones du temple d'or


Me permito decir que a veces las cosas hay que tomarlas como son. Sin hacer demasiadas preguntas. Porque de lo contrario te lías la sesera. Uno de esos casos es Les amazones du temple d'or, uno de los últimos capítulos de Eurociné que nos lleva a una difícil aventura. Una misión complicada tanto desde el punto de vista de la producción como de la trama.
Vayamos despacio. Empiezo diciendo que el director acreditado en los títulos originales es Alan Payet, mientras hay una amplia mano de Jesús Franco, que aporta imágenes interesantes (no muchas, que quede claro) y dos fieles como Lina Romay, sin acreditarla, y Antonio Mayans.

Luego, se supone que estamos en el África más negra, en una selva espesa, pero en un momento  se ve un coche circulando a toda velocidad por el fondo. Pero eso es lo de menos. Las amazonas del título no son griegas ni africanas, ya que son todas blancas y muchas rubias.
Y por último, la protagonista es hija de dos colonos, a los que ve morir. Luego, crece, es criada por las amazonas del título, se hace adulta y sólo entonces otro colono va a buscar la familia porque no tiene noticias de ellos. Despues veinte años.
El golpe de genialidad, sin embargo, es que estas amazonas son capaces de hacer bragas de leopardo, pero son completamente incapaces de hacer sujetadores, por lo que se pasean toda la historia en topless. Volveré sobre este tema más adelante.

No nos enrollemos demasiado como decía, porque al final Les amazones du temple d'or es una película tan disparatada que te deja pegado a la pantalla esperando a ver qué más cosas increíbles ocurren.

La historia intenta hablarnos de Liana (no sé si el nombre está elegido a propósito) Simpson, hija de dos malvados colonizadores que tras intentar robar el oro de la montaña amazónica son asesinados por las propias amazonas. La niña es entonces criada por esta tribu, como ya he dicho, aprendiendo a ir por ahí en topless y jugando con el clásico mono que nunca falta en las películas de aventuras. Otro colono, como dije antes, se da cuenta en algún momento de que algo ha debido pasar allí. Va y sólo encuentra a Liana a la que lee el diario de su padre y a la que le cuenta quién mató a sus padres. Así que parte hacia el «templo d'or» en busca de venganza, encontrándose con aventureros por el camino y llevándose con él a un tipo de una tribu que es el alivio cómico de la historia. Al llegar al templo tendrán que vérselas con estas malvadas amazonas, entre torturas, luchas sangrientas, por así decirlo, y prisiones con barrotes de oro. Parece que las Amazonas hacen todo con oro, quizá incluso los retretes, que por desgracia no vemos.

Les amazones du temple d'or tiene un ritmo muy lento, sobre todo en la parte central, y hay que decirlo, si no fuera por las mujeres en topless uno podría perder el hilo fácilmente. Franco detrás de la cámara, salvo en contados momentos, se limita a hacer sus deberes con una dirección lineal y plana.
Pero el topless sigue siendo un gran truco que salva la película. Y con todo, tiene una banda sonora a base de sintetizadores (al fin y al cabo, estamos en los años 80) que no está nada mal.