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perdone los errores

 




Paradise


Estoy de acuerdo con Phoebe Cates y Willie Aames, que se quejaron a la producción de que había demasiados desnudos innecesarios en la película. En efecto, eso es. Pero si no se hubieran mostrado y añadido escenas de sexo (y, por cierto, también enhorabuena a la doble de Phoebe Cates), Paradise no seria tan famoso. Y lo que es más importante, los dos no habrían tenido el eco del que disfrutaron.
Así que vivan las tetas, porque por lo demás Paraíso, de Stuart Gillard, es una larga y aburridísima historia de romance y aventuras que copia burda y vergonzosamente Laguna Azul, estrenada un par de años antes, con, sólo, sólo, un par de pequeñas diferencias. Es decir, los dos no son hermanos, hay malos de carne y hueso, y como extra, la protagonista se desnuda.
Gillard, que también escribe el guión, sitúa la historia en el Irak de 1823. Sarah (Cates) tras perder a sus padres se encuentra bajo la protección del criado Geoffrey que tiene que traerla de vuelta. Se unen a una caravana de misioneros donde conocen a David (Aames) pero durante el viaje son atacados por un malvado emir conocido como El Chacal, descrito de la forma más absurda y racista posible.
El emir mata a todos y se enamora de la bella Sarah, a la que quiere para sí. Ella, sin embargo, huye con David y su criado, que muere poco después. Los dos jóvenes que se quedan solos tienen que valerse por sí mismos, tras una oasis y otra encuentran un chimpancé que se convierte en su amigo. Aquí me detengo un momento. No creo que vivan chimpancés allì, tal vez me equivoque, pero en nuestro caso este espécimen hiperhumanizado también encuentra pareja y forma una familia con el bebé de la casa, que desaparece en algunas escenas.
Volviendo a nosotros, los dos perdidos en el desierto en cuando tienen que protegerse de los ataques del feroz emir que va por ahí con unos secuaces ondeando la Union Jack. Vaya a saber por qué.
En cualquier caso, los dos protagonistas se enamoran y ella se queda embarazada.

Chimpancés aparte, Paradise está llena de errores y, sobre todo, es aburridísima. Una dirección de cine vacacional intenta mostrar la belleza natural y sobre todo física de la protagonista, que, como se ha dicho, más tarde protesta y se desvincula de la película, a pesar de que es la razón por la que se convirtió en una estrella de cine a la epoca y en una cantante famosa gracias al single del mismo nombre utilizado como créditos.
No hay nada que funcione aquí y el premio Razzie ganado por Aames es más que merecido. El camello que corre y cae al suelo exhausto, además de actuar mejor que los protagonistas, representa plenamente la sensación que uno tiene al ver esta película.